Por regla general y hasta pasada la mitad del siglo XX, los niños pertenecientes a la clase humilde, vivían a su libre alberdrío, habitualmente en la calle, durante las horas en que sus padres salen de la vivienda para ganarse el jornal con el trabajo de cada día, pues la preocupación de antes con respecto a la educación de los hijos, era prácticamente nula. Pocos eran los que asistían a la escuela, pasándose la mayoría de las horas del día callejeando sin ton ni son, sin nadie que les reprendiera ni que le cuestionara lo que hacían bien o mal.
No obstante, había padres que sí se preocupaban por estas cuestiones, y para ello, y en el tiempo en que ellos desarrollaban su trabajo, los enviaban a la escuela cuando la edad lo requería. Anteriormente a esta etapa, y hasta aproximadamente los 4 años, los llevaban a La Miga.
La Miga, digamos que venía a ser lo que hoy día denominamos Guardería Infantil, aunque por su puesto difiriendo bastante tanto en el sistema educativo como en las instalaciones.
(Imagen de los niños de una Miga tomada en el corral de la casa, en 1923)
No se sabe exactamente la procedencia del nombre La Miga. Hay diversidad de opiniones sobre si se trata de una corrupción de “amiga” o “migaja”, ya sea porque la mujer encargada de La Miga, fuera considerada como la “amiga” de la niñez, por la estrecha relación de entonces entre el niño y las “migajas de pan”, alimento básico y constante en los infantes de la época.
La Miga era un lugar en donde por unas escasas monedas al día, eran llevados por sus padres niños de uno y otro sexo, (posteriormente se separarían los masculinas de los femeninas) ya no sólo por educarlos sino por que estuvieran al cuidado de alguien responsable durante el tiempo en el que ellos se dedicaban al trabajo.
La Miga estaba instalada en la misma vivienda de la maestra, y en las que el patio de la casa servía como zona disponible para el recreo de los niños. Las viviendas que no contaban con pozo de agua propio, se recogía ésta de los pozos o fuentes vecinas y se almacenaba en grandes tinajas que se colocaban en el mismo patio para saciar la sed de los niños. Para tal fin, se usaba único jarrito de lata para toda la clase. Los servicios, o excusados, estaban habitualmente en el corral y lavadero de la casa.
(Imagen tomada en 1935)
La encargada o maestra era una mujer pasada de la madurez, más o menos instruída, a la que llamaban “la maestra de La Miga”, y su tarea consistía en vigilar constantemente a los niños, procurar mantenerlos sentados en sus sillitas de eneas, regañarlos cuando lloraban y darles de comer a aquellos cuyos padres habían enviado el almuerzo, cuando la hora lo requería.
Había maestras algo más celosas en su trabajo, y también procuraban enseñar a los niños oraciones y las primeras letras del alfabeto, aunque generalmente esto no era lo habitual.
Para imponer el orden y hacerse respetar, solía hacer uso de una vara de caña, que venía a ser su bastón de mando. Con ella amenazaba a los que ya cansados de mantenerse tanto tiempo sentados, lloraban o gritaban, o a los que incordiaban por echar en falta a sus padres. La vara de caña hacía milagros y conseguía mantenerlos a raya.
Cuando los padres regresaban del trabajo, liberaban a sus hijos de la esclavitud de La Miga
Fuentes: Mayrena.com, Luis Montoto
Imágenes: Mayrena.con, Todocolección.net
Y yo que pensaba que saldrías hablando de las migas de comer que se hacen con pan muy propias los días que llueve y para acompañar con pescado, que ricas y que de tiempo sin probarlas.
ResponderEliminarPues otra de las miles de cosas que no sabía.
BEsos
jajajaja Yo pensaba en migas de comer...... Si alguien aprende soy yo,entre mas te leo mas me gusta tu estilo y las cosa que nos traes estupendo!!!..Un recuerdo maravilloso....Tratado con sensiblidad.
ResponderEliminarLuz de Gas, que te he visto hoy al medio día en la tele en el anuncio del vino. "de lujo".
ResponderEliminarVerdad que están ricas las migas. A mi me encantan y no es por echarme flores pero las hago muy ricas, así que un día si quieres te invito a que las pruebes.
Un abrazo
América, mi abuela me hablaba mucho de La Miga. Cuando ella era chica, allá por el principio del siglo XX, era muy habitual ir a La Miga. Mi abuela murió cuando yo tenía 11 años y me dejó miles de historias que espero ir contando en mi otro blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Desde luego vaya sorpresa, esta noche me acuestpo sabiendo algo más, porque nunca habia escuchado esto.
ResponderEliminarUn saludo
Pues yo tampoco conocía la existencia de est institución, lo has contado muy bien.
ResponderEliminarYo si que las conocía, una tía abuela mia, tenia una Miga en su casa, que después llamaríamos clases de "párvulos", Las personas que no podían mandar a sus hijos a colegios de monjas, que eran los únicos que existían para esas edades,los llevaban a las famosas Migas donde les cuidaban y enseñaban las primeras letras y educaban. Su labor era importante en aquella época, sobre todo si las madres eran obreras y tenían que ir a trabajar. Un saludo.
ResponderEliminarJuanlu y Zinquirilla, posiblemente seais demadiado jóvenes para haberlo escuchado de vuestros abuelos, aunque Juan Ramón Jiménez habla de ellas en su "Platero y yo".
ResponderEliminarAngela, así es. Me alegro que tú supieras de su existencia. Ahora mismo es una joya del pasado.
Besos
Mis abuelos estudiaron con los curas y las monjas. Gracias por decirnos que se nombra en la obra de Juan Ramón Jiménez.
ResponderEliminarLo primero de todo, decir que me ha fascinado el blog. Llevo algunas semanas entrando y lo he leído de principio a fin, porque es realmente maravilloso.
ResponderEliminarRespecto al tema de la Miga, lo desconocía por completo. Si creo recordar haber visto una fotografía antiquísima de mi abuelo de niño (nació en 1905, así que...) rodeado de mas niños en el patio de una casa, pero hace muchos años que no he vuelto a verla y creo que incluso puede estar perdida.
Saludos y aquí tienes un nuevo lector.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha encantado y debo confesar que yo también he picado con lo de las migas de comer y ya se me había hecho la boca agua... ja ja. Genial entrada, mi querida amiga. Gracias por enseñarnos.
ResponderEliminarBesazos múltiples.
Si te atreves o te apetece tertuliar con la Canina, estaré encantado de hacerlo.Me encanta el blog.Todo lo añejo me encanta.
ResponderEliminarEstoy descubriendo cosas del pasado y eso me encanta.
Sin más, un abrazo canino.
La Canina seguirá cavilando ....
¡FELIZ NAVIDAD!
ResponderEliminarBueno sólo quería felicitaros a todos una FELIZ NAVIDAD, espero y deseo que la luz del mundo que va a nacer, deje todo el brillo de su amor en cada uno de vuestros corazones, para que en estos días meditemos cual es el verdadero sentido de la Navidad, y al descubrirlo podamos llevarlo a la práctica todos y cada uno de los días de nuestras vidas.
ResponderEliminarMagnífico blog, amiga mia.
ResponderEliminarDebo decirle que en Triana a las guarderías siempre se les llamó "Miguillas", y nunca supe el porque de nombre.
Muchas gracias por la aportación tan fantástica a nuestra historia.
Du Guesclin, gracias por tu comentario y es una satisfacción que te guste este blog. Serás siempre bien recibido.
ResponderEliminarEl cáliz de la canina, te digo lo mismo, un placer contar con tu presencia. Estaré encantada de participar en tus tertulias, ya te lo he dicho en tu blog.
Znguirilla, también yo estudié en un colegio de monjas.
Anónimo, gracias por la anotación de las "miguillas", no la conocía. Ya ves que nunca se deja de aprender cosas nuevas.
Besos a todos y aunque tarde, feliz año.
Soy Silves: no tengo blog.
ResponderEliminarOs doy la dirección de dos migas.En Alameda de Hércules estuvo la de Dº Trini,maestra,entre la panadería de los hnos. Pidal y el bar Viñasol.Aquí casi todos los niños acudían con babi de cuadritos azul y blanco a modo de uniforme.1956-8.
En Marqués de Esquivel nº 11 bajo izqda. hubo otra, aunque esta mujer no era maestra y no recuerdo su nombre, tal vez algún lector de tu blog tenga memoria.1951.Exigían que cada niño acudíera con su sillita, pizarra y pizarrín.
Gracias,me llena de entusiasmo tu recuperación de recuerdos que me hace revivir momentos olvidados.
Cordialmente.
Mi madre que era una niña en la Guerra Civil me habla aún de la Miga a la que ella iba. " La miga de Dolorcirtas" a la que mis abuelos pagaban una perra gorda.
ResponderEliminarGracias a eso aprendió a leer y escribir y a poco más porque con 7 hermanos y en aquellos tiempos pronto dejó la miga para que fuesen sus hermanos más pequeños.
Narán, en la miga aprendían entonces los niños sus primeras letras (no todos, por supuesto). Hoy han dado paso a las sofisticadas guarderías.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola a todos, yo hace "taítantos" años estuve en la escuela de Dª Trini, en la Alameda de Hércules...
ResponderEliminar¡Qué tiempos aquellos!
Era un comino, y allí fue mi primer contacto con la escuela, después estuve en Las Carmelitas de la calle Pozo, también del barrio de la Macarena.
¡Cuantos entrañables recuerdos!
Tienes un precioso e interesante blog. ¡Enhorabuena!
Mi hija esta estudiando magisterio y anoche me comentaba sobre la antigua escuela de la miga. Yo y mi hermano gemelo ibamos de pequeñitos a una que se encontraba en el primer Llano de Ciudad jardín en malaga, no recuerdo el nombre de la maestra. ¡Cuantos años han pasado!. Gracias por el blog.
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