Uno de los temas que apasionaron a los sevillanos de la primera mitad del siglo XX fue el del dirigible Graf Zeppelin, pues se tenía en proyecto construir en Sevilla una lanzadera para el mismo, a fin de realizar los vuelos transoceánicos entre Europa y América.
El proyecto, como tantos otros a lo largo de la historia de Sevilla, quedó en aguas de borrajas, y el gozo de los sevillanos en un pozo.
Sin embargo el dirigible Zeppelin visitó y sobrevoló los cielos sevillanos en quince ocasiones, algunas de las cuales con aterrizaje incluido.
El Graf Zeppelín era una gigante nave que medía 220 metros de longitud y que volaba a unos 200 metros de altura, con lo cual era perfectamente visible desde el suelo. Tres veces más grande que un Boeing 727, viajaba a una velocidad de 68 millas por hora.
(visita de 1929)
La ciudad recibió con entusiasmo la primera visita que hizo a la misma el día 29 de junio de 1929, con motivo de la Exposición Universal, sobrevolando a baja altura, dando varias pasadas por el cielo sevillano y causando una gran expectación entre los ciudadanos, dado que el gigante proyectaba una enorme sombra sobre el suelo. Esto, unido al estruendoso ruido de sus motores, llegó a causar el pánico en más de uno, no así en otros, que se afanaban en subir a los sitios más altos con el fin de verlo mejor.Tejados y azoteas fueron asaltados por los más curiosos. El gigante causó gran impacto en la imaginación de los sevillanos, que vieron muy de cerca la posibilidad de realizar un sueño hasta entonces imposible: la oportunidad de volar. Este hecho durante muchos años fue considerado como un acontecimiento de referencia, casi como un hecho histórico.
Lo vió pasar la Giralda (1934)
La Torre del Oro...
La Plaza de España...
El Sector Sur, en 1930...
En las siguientes ocasiones que el Zeppelin pasó por Sevilla, y en los casos en que se producía aterrizaje, éste se hacía en el campo de Hernán Cebolla, donde estaban loa angares.
(Aterrizando)
Allí acudían los sevillanos con horas de antelación para ver al gigante de cerca posado en el suelo, y convertían el campo de aterrizaje en una feria: colocaban puestos de bebidas y merodeaban por allí los consabidos vendedores ambulantes, pregonando sus productos a la numerosa multitud.(Primer Aterrizaje)
Pocos fueron los sevillanos que tuvieron oportunidad de conocer las tripas del dirigible, que gozaba de las mejores comodidades del momento: Contaba con habitaciones individuales para cada una de las 24 personas que viajaban en sus vuelos regulares entre Europa y Suramérica, y un lujoso comedor.No obstante, su paso por la ciudad nos dejó unas imágenes entrañables y únicas, fiel reflejo de lo que vivieron aquellos que tuvieron la oportunidad de observarlo.
Fuentes de Datos:
* "Periodismo y Literatura" - Corpus Barga
* "Del Guadalquivir a la Plata en Dirigigle" - Emilio Atienza
¡Qué fotografías! Todo un documental.Ignoraba que pudiera atravesar el Atlántico y que hubiese realizado viajes por la Península. Así todo, era una auténtica bomba de relojería.
ResponderEliminarHe pasado por todos tus blogs. Es admirable como puedes ser capaz de controlarlos todos, con temas tan dispares, pero todos muy interesantes.
He recorrido y leído casi la totalidad de "Retenidos ..." .
Muy curioso "Después de ..." y excelentes "Sueños, Distintas y Babbilonia".
Que decirte de "Coplas": estupendo.
Y tus reflexiones de "Cotidiana vida y Verde Oscuro".
Todo este despliegue de comunicación me parece "ciencia ficción", y todavía tienes tiempo para las recetas de cocina ¡! Asombroso.
Un abrazo
Según se cuenta, el aeropuerto de zeppelines hispalense lo iba a hacer Ignacio Sánchez Mejías en su cortijo de Pino Montano. Todo quedó en nada, ya no se si porque desistió de hacer el proyecto o porque el toro lo truncó de raíz.
ResponderEliminarBuenas fotos y mejor entrada.
Saludos.
Du Guesclin, efectivamente estaba previsto la construcción del Aeropuerto Terminal de Europa, dos proyectos unidos por la vocación aeronáutica de la ciudad, que vinculada a la historia de la aviación española desde 1910, cuando se realizó el primer vuelo en la Dehesa de Tablada, que se fue al garate según parece, por una imcomprensible desidia de los gobernantes sevillanos del momento. Parece ser que no llegaron a ser del todo conscientes de lo que este proyecto podía significar.
ResponderEliminarLÑuego, la guerra civil borró toda frustración a los sevillanos.
Un abrazo
Fonsado, gracias por tus visitas a mis blog. Intento aportar mi granito de arena para ayudar a que se conozcan un poco más de todos estos temas.
ResponderEliminarUn abrazo