(Baila)
Desde muy antiguo, no todas las mujeres que parían tenían la posibilidad de dar de amamantar a sus hijos, ya fuera por falta de leche o poca calidad de la misma, por parto de gemelos, por enfermedades, o incluso por la muerte de la parturienta. Por este motivo, y porque el recién nacido necesitaba ser alimentado, surgieron las Amas de Cría, también llamadas Amas de Leche o Nodrizas, llegando a tener verdadera importancia desde finales del siglo XVII hasta finales del XIX.
En la vida cotidiana del pueblo llano, cuando una mujer se veía imposibilitada de dar el pecho a su hijo por los motivos antes citados, se recurría a otra mujer, generalmente una vecina, amiga, o familiar, que también había parido recientemente, para que lo hiciera en su lugar, mujer que aceptaba amamantar a los dos niños a la vez por un mísero jornal, que desde luego necesitaba. Su pago era escaso, dado que quien solicitaba el favor solía ser gente humilde, pagando por regla general en comida, ya fueran huevos, garbanzos, pan, o lo que se terciase.
Estas Amas de Leche solían ser mujeres sencillas y bondadosas, que no tenían ningún reparo en compartir la leche para su hijo con otro niño que también la necesitaba. Los niños que eran criados por una misma mujer sin ser hermanos, se denominaban “hermanos de leche”.
(Tania Costa - 1910)
(Siglo XIX)
A principios del siglo XIX, se puso de moda en las familias adineradas andaluzas, (también en otras zonas de España), el solicitar los servicios de un Ama de Leche para la cría de sus hijos. En estos casos no era motivado solamente por la falta de leche de la madre, sino que era considerado como un lujo o prestigio social, pasando a ser considerada esta labor como un oficio.
A ocupar estos puestos de trabajo acudían mujeres humildes, bien del campo, de otros pueblos, o de la clase humilde de la ciudad, que o bien eran madres solteras cuyo hijo habían abandonado o muerto, o bien madres recién paridas que dejaban a sus hijos al cuidado de sus familiares para ganarse un sueldoque bien le venía a su familia, a la par que ellas estaban bien cuidadas y alimentadas, dado que lo primordial era que su leche fuera buena.
A estas Amas de Leche se les requerían unos requisitos especiales, como que tuvieran entre dieciocho y veintiséis años, que fueran aseadas, que hubieran parido al menos dos veces, y criado a otros niños, que el pezón de adecuara a la boca del recién nacido y que no hubieran padecido enfermedades contagiosas como la tuberculosis y la viruela, y por supuesto enfermedades venéreas, tan perjudiciales en los lactantes, para lo cual antes de ser contratadas eran sometidas a un reconocimiento médico completo, además de un exhaustivo análisis de la leche, que debía ser moderadamente dulce, sin olor y de color perlado. Si tenía el sabor muy dulce, agrio, salado o era de color muy blanca o azulada, no valía.
El espesor se comprobaba echándole a la muestra un poco de vinagre, si esta cuajaba es que era muy espesa. En ese caso, se le daba al Ama de Leche alimentos no muy nutritivos, verduras cocidas y pescado blanco además de bastante agua. Pero si por el contrario era muy clara, se la alimentaba con buenos caldos de pasta, gelatinas y yemas de huevo. Además bebían vino ni agrio ni espirituoso. La leche buena debía esparcirse en el agua formando una nube blanquecina.
Una vez aprobados todos los requisitos, la elegida se incorporaba a la casa unos días antes del parto, y hasta que se producía el alumbramiento, amamantaba a un cachorro de perro para que la leche no se le retirara.
Era casi obligatorio que vistieran con cofia y delantal blanco almidonado.
Cuando el niño nacía, el Ama de Leche se hacía cargo de su alimentación y de su cría, estableciéndose un fuerte lazo entre ambos, lazo que llegaba a durar toda la vida.
(Amas de Cría en la Casa Cuna)
No obstante, también había otros niños necesitados de un Ama de Leche. Eran los niños de los expósitos, esclusas o casas cuna, niños abandonados por su madres ya fuera voluntaria o involuntariamente, niños que habían sido
entregado a estos lugares bien directamente o a través del tan renombrado “torno”.
La demanda entonces de las Amas de Leche era muy alta. Los niños eran muchos y el jornal que ofrecían las instituciones era escaso, teniendo a veces que solicitar sus servicios por los pueblos y alrededores. Había quienes aceptaban el trabajo trasladándose como interna a las instalaciones de la institución, si residían lejos y no tenían carga familiar, o quienes lo hacían tan sólo a las horas de amamantar por ser madres de familia que aunque fuera poco, necesitaban un ayuda económica para su casa . A estas últimas se las denominaba “amamantaderas”.
(Casa Cuna . Hoy.es)
Su declive se produjo a principios del siglo XX, cuando la pasteurización de la leche animal dio paso a ser sustituida por la materna, quedando por tanto su labor tan sólo en en las fotografías, o en el recuerdo de los que compartieron su infancia con ellas.
Fuentes:
Museo del niño.es
La Voz Digital. es
Imágenes:
Todocolección.net
Oronoz
Hoy.es
Tania Costa
Catálogo Amas
Vicente Muñoz Puelle
3 soñadores han probado este sabor:
Preciosa entrada,te confieso que no conocía tan noble oficio,independientemente de las circunstancias que llevaran a estas mujeres a amamantar a otros niños sin duda que le dieron la oportunidad a muchos de seguir viviendo,me conmueve lo de lo huerfanos no solo por el alimento si no por la posibilidad de recibir el cariño y el calor propio de este tipo de contacto,alimento físico y espiritual,que bonito leer sobre las costumbres y usos de antaño,de lo generosa que podía ser la gente sobre todo las mujeres.
A diferncia de La miga sí conocía a estas mujeres que como bien dices primero pornecesidad pasó a ser un oficio, comparado con una niñera.
Me ha gustao mucho esta entrada y las imágenes seleccionadas,
saludos.
Mi madre fue ama de cría. Tuvo un hijo soltera, muy jovencita, en la Galicia rural de los años 50 y las monjas de lo que entonces era el hospicio de ...., le buscaron un trabajo en Madrid como ama de cría de los marqueses de ...., gente muy importante y muy bien relacionada con el régimen. Dejó a su hijo en Galicia y se vino a Madrid para criar al hijo de otros. Eso sí, la trataban como a una reina. Cuando dejó de amamantar, pasó a ser "ama seca", una especie de chica para todo con un status superior al de una simple criada pero por debajo de la señorita(inglesa)que pasaba a cuidar a los niños a partir de cierta edad. Después conoció a mi padre y nací yo, pero los tiempos ya habían cambiado, afortunadamente.
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